ENCUENTRO ENTRE PSICÓLOGAS. CONVERSANDO SOBRE LOS RETOS A LOS QUE NOS ENFRENTAMOS ESTE NUEVO AÑO.

El jueves 11 de enero de 2024 se llevó a cabo el 2do. encuentro entre psicólogas feministas de MATRICES. Este espacio fue creado con la intención de abordar los temas actuales que nos atraviesan a las mujeres, las barreras a las que nos enfrentamos dentro de la psicología como mujeres y como feministas y el poco valor que da la sociedad sobre la nueva revolución de la “salud mental femenina”.

Gracias al feminismo, cada vez más mujeres comienzan a desbaratar la mirada patriarcal de la psicología, comenzando a crear desde la verdad y la experiencia de otras, desempolvando textos, descubriendo teorías y dándose cuenta de que esta disciplina no es lo que nos contaron en la universidad. 

En una conversación colectiva se plantearon los primeros temas a profundizar:

  • La Maternidad ¿cómo las mujeres jóvenes conciben la experiencia materna?
  • Consumo de sustancias “ligeras”, una supuesta liberación de las mujeres: la marihuana y el consumo de hongos. 
  • El autismo como neurodivergencia.

A continuación, se comparten algunas ideas que se dialogaron en el encuentro sobre ambos temas.

La maternidad

El feminismo de los años 70´s abrió la posibilidad a las mujeres de reconocer abiertamente y sin tapujos que somos más que una fábrica de bebés y roles estereotipados; esto nos ha llevado a plantearnos la maternidad desde una vía diferente e incluso a la posibilidad de decidir si queremos ser madres o no. Con esto se suma un nuevo reto, descubrir si los sueños y anhelos nos pertenecen o llevamos cargando como propio lo que la sociedad nos ha incrustado a través del tiempo. ¿Alguna vez han dudado de sus decisiones? ¿alguna vez les ha incomodado lo que han elegido desde la supuesta consciencia libre?, pues he aquí una de las trampas, donde la misma política nos hace creer que nos da libertad, pero en realidad, no del todo. 

Algunas situaciones y problemáticas no tienen respuestas únicas y certeras, por eso la importancia de hacer política de mujeres donde podamos reunirnos a conversar y reflexionar para que cada una pueda llegar a sus propias conclusiones. No tenemos que ser perfectas ni totalitarias durante el proceso, podemos parar, voltear, volver a replantear, cambiar de opiniones y de rumbo y está bien. 

Leer, informarse, adentrarse a temas feministas nos llena de conocimiento y el conocimiento también conlleva responsabilidad, en ocasiones para muchas se convierte en una carga. Ser feministas no se trata de llevar un sufrimiento y una bitácora de perfección. 

Otro de los temas que salieron a relucir en el encuentro con respecto a la experiencia materna fue el de la interrupción del embarazo. Se comentó que, a partir de la experiencia en el acompañamiento psicoterapéutico, ha sido evidente que aquellas mujeres que se asumen desde el feminismo vivencian el duelo en el proceso de aborto desde una autoexigencia más aguda, ya que luchan o buscan no tener este duelo. ¿Por qué habré de llorar un aborto, si yo sé que es un feto sin vida? ¿estoy siendo hipócrita al llorar algo que yo decidí y luché por tener como derecho? Son preguntas que es importante no dejar de lado pues el nuevo mandato de ser una “buena “feminista” sigue siendo una práctica patriarcal simplemente poniéndole una máscara diferente. La radicalidad no implica vivir desde un autocastigo constante por las múltiples incongruencias a las que nos vemos atrapadas en el sistema, la radicalidad implica observar, reconocer y cuestionar las cosas desde la raíz, es decir, desde el origen. 

Consumo de sustancias

La diversidad de opiniones en este tema es evidente. El día de hoy intentaremos abordarlo desde la mirada feminista y no desde un juicio de “bien o mal”. La marihuana y los hongos son las sustancias que más se han popularizado para el consumo “recreativo”, y poco a poco se van normalizando. 

Sabemos y conocemos que cada una de dichas sustancias tiene sus propiedades medicinales, no se trata de negarlo o refutarlo, sino preguntarnos. ¿Cómo se están utilizando realmente? ¿qué experiencias subyacentes existen en el consumo y abuso de estas sustancias? ¿En qué momento el consumo puede traducirse en adicción? ¿es una práctica recreativa o una adicción negada? ¿cómo identificamos la habituación a un estado alterado de consciencia”? ¿vivir en lentitud y adormecidas cómo mejora nuestra relación con el mundo? ¿cómo se supone que esta es la solución? 

Se está creando una supuesta herramienta ansiolítica, ¿qué va a pasar cuando se sale de control? Se nos olvida que los principales recursos los tenemos dentro de nosotras, en nuestras redes con otras mujeres y en el acompañamiento de otras mujeres profesionales y sensibles a la realidad de las mujeres.

Autismo

Otro de los temas que se puso sobre la mesa fue la neurodivergencia, especialmente desde el espectro autista. Una compañera diagnosticada como mujer autista, nos contó una anécdota muy personal de como su ex terapeuta con quien llevaba 4 años, terminó el proceso por “no saber cómo tratarla” y “por ser muy complicada”.

Su experiencia la llevó a crear un análisis muy interesante sobre las mujeres que se nombran autistas, resintiendo que la comunidad de psicólogas no quiere atenderlas por vivirlas desde el temor, de ahí que las refieran a otros espacios de atención. Si el diagnóstico de autismo es lo que lleva los profesionales de la salud mental a decir un rotundo NO a la atención, me pregunto entonces si no existiera el diagnóstico ¿se les negaría la atención? ¿hay una diferencia entre el estar en terapia antes de un diagnóstico a un después? ¿si se oculta el diagnóstico se le seguiría atendiendo? Nos fijamos tanto en las etiquetas que se nos olvida que a quien tenemos de frente es una mujer semejante a nosotras, viviendo las mismas realidades, pero sintiendo de una manera diferente, una mujer que necesita redes de seguridad y acompañamiento. 

Las integrantes del encuentro dieron sus opiniones acerca de este tema, algunas comentaron que como psicólogas tenemos derecho a decidir con qué casos nos sentimos capaces de trabajar y que es válido poder referir si nos sentimos rebasadas. También se reconoció que en ocasiones se suelen tomar decisiones desde el miedo y la ignorancia y se nos olvida que siempre estamos en constante aprendizaje. No debemos saberlo todo y es válido comentarlo a las mujeres que acompañamos, llegar a acuerdos y evaluar si podemos ser una ayuda para ella, pero no abandonar antes de intentar. 

Otros temas que se pusieron sobre la mesa para futuros encuentros fueron:

  • Consumo de sustancias, medicamentos psiquiátricos y adicción. 
  • Diagnósticos que se convierten en cargas.
  • Trabajar dentro de una institución y los retos que ello conlleva. La existencia de límites y la farsa perspectiva de género en la que se nos obliga a trabajar. 

 

Gracias a quienes fueron parte de este primer encuentro del año, a quienes compartieron su voz y a quienes abrieron su corazón para mostrar sus propias heridas, definitivamente no es algo sencillo, más cuando nos han dicho “¡shhh! quedito, que nadie se entere”. 

Seguimos rompiendo paradigmas que nos lleven a vivir como siempre lo hemos merecido. ¡Libres!

Por: Yesenia Domínguez.  (Enero 2024)

 ENCUENTRO ENTRE PSICÓLOGAS. CONVERSANDO SOBRE LOS RETOS A LOS QUE NOS ENFRENTAMOS ESTE NUEVO AÑO.

El jueves 11 de enero de 2024 se llevó a cabo el 2do. encuentro entre psicólogas feministas de MATRICES. Este espacio fue creado con la intención de abordar los temas actuales que nos atraviesan a las mujeres, las barreras a las que nos enfrentamos dentro de la psicología como mujeres y como feministas y el poco valor que da la sociedad sobre la nueva revolución de la “salud mental femenina”.

Gracias al feminismo, cada vez más mujeres comienzan a desbaratar la mirada patriarcal de la psicología, comenzando a crear desde la verdad y la experiencia de otras, desempolvando textos, descubriendo teorías y dándose cuenta de que esta disciplina no es lo que nos contaron en la universidad. 

En una conversación colectiva se plantearon los primeros temas a profundizar:

  • La Maternidad ¿cómo las mujeres jóvenes conciben la experiencia materna?
  • Consumo de sustancias “ligeras”, una supuesta liberación de las mujeres: la marihuana y el consumo de hongos. 
  • El autismo como neurodivergencia.

A continuación, se comparten algunas ideas que se dialogaron en el encuentro sobre ambos temas.

La maternidad

El feminismo de los años 70´s abrió la posibilidad a las mujeres de reconocer abiertamente y sin tapujos que somos más que una fábrica de bebés y roles estereotipados; esto nos ha llevado a plantearnos la maternidad desde una vía diferente e incluso a la posibilidad de decidir si queremos ser madres o no. Con esto se suma un nuevo reto, descubrir si los sueños y anhelos nos pertenecen o llevamos cargando como propio lo que la sociedad nos ha incrustado a través del tiempo. ¿Alguna vez han dudado de sus decisiones? ¿alguna vez les ha incomodado lo que han elegido desde la supuesta consciencia libre?, pues he aquí una de las trampas, donde la misma política nos hace creer que nos da libertad, pero en realidad, no del todo. 

Algunas situaciones y problemáticas no tienen respuestas únicas y certeras, por eso la importancia de hacer política de mujeres donde podamos reunirnos a conversar y reflexionar para que cada una pueda llegar a sus propias conclusiones. No tenemos que ser perfectas ni totalitarias durante el proceso, podemos parar, voltear, volver a replantear, cambiar de opiniones y de rumbo y está bien. 

Leer, informarse, adentrarse a temas feministas nos llena de conocimiento y el conocimiento también conlleva responsabilidad, en ocasiones para muchas se convierte en una carga. Ser feministas no se trata de llevar un sufrimiento y una bitácora de perfección. 

Otro de los temas que salieron a relucir en el encuentro con respecto a la experiencia materna fue el de la interrupción del embarazo. Se comentó que, a partir de la experiencia en el acompañamiento psicoterapéutico, ha sido evidente que aquellas mujeres que se asumen desde el feminismo vivencian el duelo en el proceso de aborto desde una autoexigencia más aguda, ya que luchan o buscan no tener este duelo. ¿Por qué habré de llorar un aborto, si yo sé que es un feto sin vida? ¿estoy siendo hipócrita al llorar algo que yo decidí y luché por tener como derecho? Son preguntas que es importante no dejar de lado pues el nuevo mandato de ser una “buena “feminista” sigue siendo una práctica patriarcal simplemente poniéndole una máscara diferente. La radicalidad no implica vivir desde un autocastigo constante por las múltiples incongruencias a las que nos vemos atrapadas en el sistema, la radicalidad implica observar, reconocer y cuestionar las cosas desde la raíz, es decir, desde el origen. 

Consumo de sustancias

La diversidad de opiniones en este tema es evidente. El día de hoy intentaremos abordarlo desde la mirada feminista y no desde un juicio de “bien o mal”. La marihuana y los hongos son las sustancias que más se han popularizado para el consumo “recreativo”, y poco a poco se van normalizando. 

Sabemos y conocemos que cada una de dichas sustancias tiene sus propiedades medicinales, no se trata de negarlo o refutarlo, sino preguntarnos. ¿Cómo se están utilizando realmente? ¿qué experiencias subyacentes existen en el consumo y abuso de estas sustancias? ¿En qué momento el consumo puede traducirse en adicción? ¿es una práctica recreativa o una adicción negada? ¿cómo identificamos la habituación a un estado alterado de consciencia”? ¿vivir en lentitud y adormecidas cómo mejora nuestra relación con el mundo? ¿cómo se supone que esta es la solución? 

Se está creando una supuesta herramienta ansiolítica, ¿qué va a pasar cuando se sale de control? Se nos olvida que los principales recursos los tenemos dentro de nosotras, en nuestras redes con otras mujeres y en el acompañamiento de otras mujeres profesionales y sensibles a la realidad de las mujeres.

Autismo

Otro de los temas que se puso sobre la mesa fue la neurodivergencia, especialmente desde el espectro autista. Una compañera diagnosticada como mujer autista, nos contó una anécdota muy personal de como su ex terapeuta con quien llevaba 4 años, terminó el proceso por “no saber cómo tratarla” y “por ser muy complicada”.

Su experiencia la llevó a crear un análisis muy interesante sobre las mujeres que se nombran autistas, resintiendo que la comunidad de psicólogas no quiere atenderlas por vivirlas desde el temor, de ahí que las refieran a otros espacios de atención. Si el diagnóstico de autismo es lo que lleva los profesionales de la salud mental a decir un rotundo NO a la atención, me pregunto entonces si no existiera el diagnóstico ¿se les negaría la atención? ¿hay una diferencia entre el estar en terapia antes de un diagnóstico a un después? ¿si se oculta el diagnóstico se le seguiría atendiendo? Nos fijamos tanto en las etiquetas que se nos olvida que a quien tenemos de frente es una mujer semejante a nosotras, viviendo las mismas realidades, pero sintiendo de una manera diferente, una mujer que necesita redes de seguridad y acompañamiento. 

Las integrantes del encuentro dieron sus opiniones acerca de este tema, algunas comentaron que como psicólogas tenemos derecho a decidir con qué casos nos sentimos capaces de trabajar y que es válido poder referir si nos sentimos rebasadas. También se reconoció que en ocasiones se suelen tomar decisiones desde el miedo y la ignorancia y se nos olvida que siempre estamos en constante aprendizaje. No debemos saberlo todo y es válido comentarlo a las mujeres que acompañamos, llegar a acuerdos y evaluar si podemos ser una ayuda para ella, pero no abandonar antes de intentar. 

Otros temas que se pusieron sobre la mesa para futuros encuentros fueron:

  • Consumo de sustancias, medicamentos psiquiátricos y adicción. 
  • Diagnósticos que se convierten en cargas.
  • Trabajar dentro de una institución y los retos que ello conlleva. La existencia de límites y la farsa perspectiva de género en la que se nos obliga a trabajar. 

 

Gracias a quienes fueron parte de este primer encuentro del año, a quienes compartieron su voz y a quienes abrieron su corazón para mostrar sus propias heridas, definitivamente no es algo sencillo, más cuando nos han dicho “¡shhh! quedito, que nadie se entere”. 

Seguimos rompiendo paradigmas que nos lleven a vivir como siempre lo hemos merecido. ¡Libres!

Por: Yesenia Domínguez.  (Enero 2024)